Teniendo en
cuenta el incremento cada vez mayor de nuevas tecnologías que se van haciendo parte de la vida diaria, se hace imprescindible conocer de que manera su utilización va transformando la realidad y como esta nueva realidad afecta nuestra manera de ser en el mundo.
En los últimos años
producto de la globalizacion y el avance de los
medios de
comunicación surge
Internet como el boom de fines del siglo XX. Su facilidad de
manejo y versatilidad en pocos años ha rebasado los limites de lo inimaginable, haciéndose cada vez mayor la cantidad de
usuarios que acceden a la
red y que se benefician de su enorme variedad de
servicios. La
gran cantidad de
información a la que se puede
acceder contiene casi todos los conocimientos y pasatiempos del que hacer
humano,
por ende se le ha denominado la gran
biblioteca de la humanidad.
Aunque en nuestro país no esta tan difundido su uso en comparación de los países del
primer mundo, se encuentra ya a disposición de las grandes mayorías a través de cabinas publicas que a un
precio módico permiten acceder por horas al
servicio.
Se ha podido comprobar empíricamente y a través de estudios hechos en el exterior la gran capacidad reforzante de su uso, lo que podría provocar un condicionamiento que haría cada vez mayor la necesidad de su utilización.
Debido a esto hace pocos meses se ha convertido en noticia el posible síndrome de dependencia de Internet, La
base teórica con que cuentan los
defensores de entidades como el IAD (Internet Addiction Disorder) son algunos estudios -descriptivos- acerca de los patrones de uso de Internet, de los que quizá resulte aventurado
deducir que el uso masivo de los
recursos on-line sea preocupante, y muy lejos de los 30 millones de afectados con los que especula el
periodista Hughes Henry.
Datos algo menos dramáticos ofrece la Dra. Kimberly S. Young, cifrando en unos 400.000 el número de norteamericanos afectados por el IAD (de una
población de unos 20.000.000 de americanos conectados).
A estos trabajos debemos añadir numerosos escritos periodísticos que a partir de algunas declaraciones de los autores y espectaculares testimonios establecen sin ningún
genero de dudas la existencia del
carácter "cuasi" epidémico de dicho síndrome.Se ha observado que algunas
personas presentan verdaderos
problemas derivados de su afición a los ordenadores y al ciberespacio. Cuando se es despedido del
trabajo, se abandonan los estudios o una
persona se encuentra inmersa en una
demanda de separación a causa de esta actividad se puede sospechar la existencia de una adicción.
No obstante las "
adicciones" en sentido amplio pueden ser saludables, patológicas o una mezcla de ambas.
De este modo una persona que se sienta fascinada por su hobby y en el que invierte cantidades ingentes de
tiempo tiene la posibilidad de
aprender, fomentar la
creatividad y comunicarse. La dificultad se sitúa en el punto en que
debe trazarse la línea
entre un uso intenso de la
tecnología y la aparición de las consecuencias
derivadas directamente de la actividad.
Es conocido por todos el fenómeno que se produce
ante la adquisición de un
sistema de vídeo
juegos, apareciendo una curva de utilización caracterizada por elevadas frecuencias de uso en las primeras 3 - 5 semanas, curva que progresivamente va descendiendo hasta situarse de modo estable en
valores que constituyen una fracción de los iniciales.
Cabe, pues, plantearse si la eclosión de Internet desde finales de 1996 no está produciendo un fenómeno similar al acaecido con los vídeo
juegos a
principios de los 90.
Se empieza a considerar como puede existir un núcleo común a todos los elementos psicopatológicos ligados con la
informática, que es el uso abusivo de los ordenadores, considerándose las diferentes manifestaciones como formas clínicas diferentes de un
único trastorno.
Se compara la adicción a Internet con el
juego patológico, la adicción al
tabaco, el
alcoholismo o las
compras compulsivas. Al igual que ocurrió con los
videojuegos el paralelismo con el
conjunto de las toxicomanías es tentador, sin embargo, ya de una manera superficial sólo es posible establecerlo con el
juego patológico ya que en este caso tampoco existe una sustancia responsable de la
conducta adictiva
El llamado Síndrome de la Adicción a Internet (InfoAdicction Disorder, IAD) está suscitando polémica. Hoy en día constituye todavía un interrogante la posibilidad de que una conducta semejante al IAD sea una realidad. El hecho que Internet se considere un medio de
trabajo, de extraordinaria creatividad y una vasta fuente de información y otros recursos, pone en duda para muchos su carácter adictivo. Sin embargo, los partidarios de la existencia de este síndrome definen al 'netdependiente' como aquel
individuo que realiza un uso excesivo de Internet lo que le genera una distorsión de sus
objetivos personales, familiares o
profesionales. El Center for On-Line Addiction describe este tipo de adicción como un deterioro en su
control y uso que se manifiesta en un conjunto de síntomas cognitivos, conductuales y fisiológicos.
La
socialización y la comunicación parecen constituir los elementos últimos del
efecto "adictivo" de Internet (Intercambio de correo, participación en
grupos de discusión, conversaciones en
tiempo real, juegos en red).
Sin embargo cuando estas mismas actividades prescinden de su
soporte tecnológico pierden la connotación
mórbida que se les ha querido dar. ¿Quién se preocupa por las prolongadas conversaciones de
teléfono de los
adolescentes tras
haber estado juntos
todo el día en el colegio?
La lectura es otra actividad que puede
captar completamente la
atención sin que por ello se intente elevar a la categoría de
diagnóstico.
Cuando se es un
nuevo usuario o se descubre un nuevo
recurso en Internet se produce una
fase de encanto, que se caracteriza por elevados tiempos de
consumo y cierta "obsesión". Tiempo después aparece una caída del uso que corresponde con una
percepción mas objetiva de lo que es Internet en sí o el recurso recientemente descubierto, apareciendo una fase de desencanto.
Finalmente aparece una fase de estabilidad donde el recurso o el uso de Internet en sí mismo halla su espacio
natural en las actividades del sujeto. De este modo es esperable que una vez alcanzado el primer nivel se vuelva –episódicamente- al primer nivel, aspecto demostrado por los trabajos que presentan el carácter fásico en el uso de Internet y que tienen su antecedente en los realizados sobre el uso de videojuegos. Este fenómeno fue constatado por primera vez por Creasey y Myers en 1986. Probablemente exista un equivalente a este fenómeno en la conducta de los sujetos que disponen por primera vez de una
conexión a Internet, por lo que resulta evidente una llamada a la prudencia en la
interpretación de las observaciones realizadas sobre sujetos recién llegados a la Red o que puedan haber descubierto nuevos recursos que les hayan devuelto a la primera fase.
En cierto modo este fenómeno ha sido demostrado por Roberts, Smith y Pollack (1996) demostraron que actividades como el uso del IRC tienen un carácter fásico, apareciendo niveles iniciales elevados que se acompañan de bruscas caídas en el uso que devuelven al sujeto a su nivel basal.
Algunos investigadores barajan la idea de que características propias de Internet ejerzan alguna influencia sobre la conducta de los usuarios, es el caso del
modelo "ACE" (anonimato, conveniencia y escape) (Young, 1999) para explicar el
éxito y la gratificación obtenida mediante el cibersexo. No obstante tales
modelos teóricos todavía deben ser validados por futuras
investigaciones, existiendo hoy día a modo de meras
hipótesis.El
concepto de anonimato ha sido subrayado por numerosos autores en relación a las situaciones de abuso (O’Reilly, 1996)
También resulta interesante la propuesta de King (1996) quien sugiere que quizá sean adictos quienes usan Internet, refiriéndose a rasgos de
personalidad específicos que determinarían un elevado uso de estos recursos.
Una vía alternativa reside en considerar la existencia de un uso abusivo de la
tecnología en
general, hipó
tesis propuesta por algunos autores en la propia
red. Este uso podría evolucionar de modo adaptativo (de hecho son habituales los casos de sujetos que hacen un uso intensivo de sus ordenadores,
teléfonos móviles,
televisión en cualquiera de sus vertientes, etc.) o bien desviarse hacia situaciones desadaptativas ya sea en modo generalizado o en algún aspecto específico.
Oficialmente en el
colectivo médico no está considerada la existencia de una adicción a Internet como tal. En los
manuales diagnósticos tanto de
psicología como de psiquiatría, todavía no está considerada como una adicción, como por ejemplo sí está recogida la
ludopatía. En el ámbito internacional tampoco está recogida como una adicción. Sólo existen sugerencias individuales o de algunas asociaciones que reivindican que ya debería indicarse como una adicción. Para que la adicción a Internet sea considerada como tal tendrá que ser considerada, en primer lugar, en el ámbito
científico como una categoría adictiva en sí misma. Como llevamos poco tiempo con el uso de Internet y hay pocas personas susceptibles de esta patología, no tenemos conocimientoscientíficos aptos para decir que esto es una adicción y cuáles son las categorías que lo definen.
Estamos en una etapa inicial y no se tienen datos con certeza para definir un diagnóstico y un
tratamiento. Hasta el día de hoy no existe de modo oficial este trastorno, puesto que el conjunto de síntomas que se describen todavía no ha demostrado ni consistencia ni fiabilidad. Por lo cual es
oportuno seguir investigando y aportando al
estudio de esta conducta.
Fuente :
Monografias
Publicacion con fines educativos.